Ultrasonido Obstétrico
Ecografía
La ecografía es un examen que utiliza ondas de ultrasonido o sonido de alta frecuencia no audible por el oído humano. Estas ondas son enviadas desde una fuente o transductor, el cual es capaz de captar el rebote o eco que se produce en el cuerpo del bebé dentro de la cavidad del útero, de modo similar a la forma de comunicación de los delfines o ballenas en el mar.
El computador de la máquina de ecografía (ecógrafo) es capaz de interpretar estos ecos y generar una imagen en una pantalla de dos dimensiones (ecografía 2D). Los equipos modernos pueden hacer barridos de imágenes 2D y pueden reconstruir digitalmente una imagen tridimensional en forma estática (ecografía 3D) o varias veces por minuto en tiempo real (ecografía 4D).
Existe además la posibilidad de emitir ondas de ultrasonido directamente hacia los glóbulos rojos de la sangre y determinar su movimiento al interior del corazón, arterias y venas y mostrarlo como sonido audible (ecografía doppler) o como imágenes en color (ecografía doppler color).
Condiciones de visualización
La calidad de las imágenes depende de la edad gestacional, o sea, del número de semanas de embarazo.
Se requiere que el tamaño de los órganos alcance un mínimo, sin embargo, con el crecimiento del bebé el espacio disminuye y se dificulta la visualización de la superficie fetal y de las extremidades.
El mismo crecimiento produce que los huesos del bebé se fortalezcan y bloquean el paso del ultrasonido, dificultando la visión del cerebro al interior del cráneo y el corazón en el tórax.
Por esta razón, los exámenes de ecografía están organizados durante el embarazo de acuerdo a objetivos específicos según las semanas de gestación.
Ecografía de
Primer Trimestre
En el primer trimestre del embarazo, la ecografía está destinada a la confirmación del tiempo de gestación y de alteraciones congénitas mayores.
Al realizar el examen entre las 11 y las 14 semanas es posible evaluar una serie de marcadores ecográficos y de flujo sanguíneo (ecografía doppler) para la determinación del riesgo de enfermedades genéticas, en particular, síndrome de Down.
Ecografía de Segundo Trimestre
En la segunda mitad de la gestación, idealmente entre las 22 y las 24 semanas, se realiza la ecografía más importante del embarazo.
Este es el momento más idóneo para el estudio de la anatomía fetal que permita descartar la mayor parte de las malformaciones congénitas que pueden afectarlo.
La proporción de líquido amniótico es la adecuada para ver con mayor claridad la superficie de la cara y obtener imágenes tridimensionales de calidad.
Ecografía de Tercer Trimestre
La ecografía del tercer trimestre de embarazo se recomienda a las 32-34 semanas de gestación. Aunque la calidad de las imágenes es inferior a la ecografía de segundo trimestre, es importante para descartar alteraciones del crecimiento fetal, ya sea, fetos grandes o pequeños para la edad gestacional.
Es fundamental determinar la cantidad de líquido amniótico y valorar los flujos de sangre al interior del cerebro y del cordón umbilical, especialmente en los niños que no crecen adecuadamente.
¿Qué es una ecografía?
La ecografía es un examen que utiliza ondas de ultrasonido o sonido de alta frecuencia no audible por el oído humano. Estas ondas son enviadas desde una fuente o transductor, el cual es capaz de captar el rebote o eco que se produce en el cuerpo del bebé dentro de la cavidad del útero, de modo similar a la forma de comunicación de los delfines o ballenas en el mar. El computador de la máquina de ecografía (ecógrafo) es capaz de interpretar estos ecos y generar una imagen en una pantalla de dos dimensiones (ecografía 2D). Los equipos modernos pueden hacer barridos de imágenes 2D y pueden reconstruir digitalmente una imagen tridimensional en forma estática (ecografía 3D) o varias veces por minuto en tiempo real (ecografía 4D).
Existe además la posibilidad de emitir ondas de ultrasonido directamente hacia los glóbulos rojos de la sangre y determinar su movimiento al interior del corazón, arterias y venas y mostrarlo como sonido audible (ecografía doppler) o como imágenes en color (ecografía doppler color)
Condiciones de Visualización
La calidad de las imágenes depende de la edad gestacional, o sea, del número de semanas de embarazo. Se requiere que el tamaño de los órganos alcance un tamaño mínimo, sin embargo, con el crecimiento del bebé el espacio disminuye y se dificulta la visualización de la superficie fetal y de las extremidades. Además, el mismo crecimiento produce que los huesos del bebé se fortalezcan y bloquean el paso del ultrasonido y dificulta la visión del cerebro al interior del cráneo y el corazón en el tórax. Por esta razón, los exámenes de ecografía están organizados durante el embarazo de acuerdo a objetivos específicos según las semanas de gestación
Ecografía de Primer Trimestre
En el primer trimestre del embarazo, la ecografía está destinada a la confirmación del tiempo de gestación y de alteraciones congénitas mayores. Al realizar el examen entre las 11 y las 14 semanas es posible evaluar una serie de marcadores ecográficos y de flujo sanguíneo (ecografía doppler) para la determinación del riesgo de enfermedades genéticas, en particular, síndrome de Down
Ecografía de Segundo Trimestre
En la segunda mitad de la gestación, idealmente entre las 22 y las 24 semanas, se realiza la ecografía más importante del embarazo. Este es el momento más idóneo para el estudio de la anatomía fetal que permita descartar la mayor parte de las malformaciones congénitas que pueden afectarlo. Además, la proporción de líquido amniótico es la adecuada para ver con mayor claridad la superficie de la cara y obtener imágenes tridimensionales de calidad
Ecografía de Tercer Trimestre
La ecografía del tercer trimestre de embarazo se recomienda a las 32-34 semanas de gestación. Aunque la calidad de las imágenes es inferior a la ecografía de segundo trimestre, es importante para descartar alteraciones del crecimiento fetal, ya sea, fetos grandes o pequeños para la edad gestacional. Además, es fundamental determinar la cantidad de líquido amniótico y valorar los flujos de sangre al interior del cerebro y del cordón umbilical, especialmente en los niños que no crecen adecuadamente